Curación del ciego de nacimiento, San Juan 9, 1 - 41, Explicación según Monseñor Straubinger ✝️⛪

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Pisina de Siloe, 
Ain Sitti Miriam 
"Fuente de Nuestra Señora María"

Curación del ciego de nacimiento

▪️1 Al pasar vio a un hombre, ciego de nacimiento. 
2  Sus discípulos le 
preguntaron: “Rabí, ¿quién pecó, él o sus padres, para que naciese ciego?”
Jesús les respondió: “Ni él ni sus padres, sino que ello es para que las obras de 
Dios sean manifestadas en él. 
4 Es necesario que cumplamos las obras del que 
me envió, mientras es de día; viene la noche, en que ya nadie puede obrar. 
5 Mientras estoy en el mundo, soy luz de (este) mundo.”
6 Habiendo dicho esto, 
escupió en tierra, hizo barro con la saliva y le untó los ojos con el barro. 
7 Después le dijo: “Ve a lavarte a la piscina, del Siloé”, que se traduce “El 
Enviado”. Fue se lavó y volvió con vista. 
8Entonces los vecinos y los que antes 
lo habían visto —pues era mendigo dijeron: “¿No es éste el que estaba sentado 
y pedía limosna?”
9 Unos decían: “Es él”; otros: “No es él, sino que se le parece.”
Pero él decía: “Soy yo.”
10 Entonces le preguntaron: “Cómo, pues, se abrieron tus ojos”
11Respondió: “Aquel hombre que se llama Jesús, hizo barro, me untó
con él los ojos y me dijo: «Ve al Siloé y lávate.» Fui, me lavé y vi.”
12Le
preguntaron: “¿Dónde está Él?” Respondió: “No lo sé.”
13Llevaron a los fariseos al que antes había sido ciego. 14Ahora bien, el día en
que Jesús había hecho barro y le había abierto los ojos era sábado. 15Y volvieron
a preguntarle los fariseos cómo había llegado a ver. Les respondió: “Puso barro
sobre mis ojos, y me lavé, y veo.”
16Entonces entre los fariseos, unos dijeron:
“Ese hombre no es de Dios, porque no observa el sábado.” Otros, empero,
dijeron: “¿Cómo puede un pecador hacer semejante milagro?” Y estaban en
desacuerdo. 17Entonces preguntaron nuevamente al ciego: “Y tú, ¿qué dices de
Él por haberte abierto los ojos?” Respondió: “Es un profeta.”
18Los judíos no creyeron que él hubiese sido ciego y que hubiese recibido la
vista, hasta que llamaron a los padres del que había recibido la vista. 19Les
preguntaron: “¿Es éste vuestro hijo, el que vosotros decís que nació ciego? Pues,
¿cómo ve ahora?”
20Los padres respondieron: “Sabemos que éste es nuestro hijo
y que nació ciego; 21pero cómo es que ahora ve, no lo sabemos; y quién le ha
abierto los ojos, nosotros tampoco sabemos. Preguntádselo a él: edad tiene, él
hablará por sí mismo.” 22Los padres hablaron así, porque temían a los judíos.
Pues éstos se habían ya concertado para que, si alguno lo reconociese como
Cristo, fuese excluido de la Sinagoga. 23Por eso sus padres dijeron: “Edad tiene,
preguntadle a él.”
24Entonces llamaron por segunda vez al que había sido ciego, y le dijeron:
“¡Da gloria a Dios! Nosotros sabemos que este hombre es pecador.”
25Mas él
repuso: “Si es pecador, no lo sé; una cosa sé, que yo era ciego, y que al presente
veo.”
26A lo cual le preguntaron otra vez: “¿Qué te hizo? ¿Cómo te abrió los
ojos?”
27Él les contestó: “Ya os lo he dicho, y no lo escuchasteis. ¿Para qué
queréis oírlo de nuevo? ¿Queréis acaso vosotros también haceros sus
discípulos?”
28Entonces lo injuriaron y le dijeron: “Tú sé su discípulo; nosotros
somos los discípulos de Moisés. 29Nosotros sabemos que Dios habló a Moisés;
pero éste, no sabemos de dónde es.”
30Les replicó el hombre y dijo: “He aquí
lo que causa admiración, que vosotros no sepáis de dónde es Él, siendo así que
me ha abierto los ojos. 3ISabemos que Dios no oye a los pecadores, pero al que
es piadoso y hace su voluntad, a ése le oye. 32Nunca jamás se ha oído decir que alguien haya abierto los ojos de un ciego de nacimiento. 33Si Él no fuera de
Dios, no podría hacer nada.” 34Ellos le respondieron diciendo: “En pecados
naciste todo tú, ¿y nos vas a enseñar a nosotros?” Y lo echaron fuera.
Los ciegos verán y los videntes cegarán
35Supo Jesús que lo habían arrojado, y habiéndolo encontrado, le dijo:
“¿Crees tú en el Hijo del hombre?”
36El respondió y dijo: “¿Quién es, Señor,
para que crea en Él?”
37
Jesús le dijo: “Lo estás viendo, es quien te habla.” 38Y
él repuso: “Creo, Señor”, y lo adoró. 39Entonces Jesús dijo: “Yo he venido a
este mundo para un juicio: para que vean los que no ven; y los que ven queden
ciegos.”
40Al oír esto, algunos fariseos que se encontraban con Él, le
preguntaron: “¿Acaso también nosotros somos ciegos?”
41
Jesús les respondió:
“Si fuerais ciegos, no tendríais pecado. Pero ahora que decís: «vemos», vuestro
pecado persiste.”


Explicación de Monseñor Straubinger 

▪️  2 s. Los discípulos, como los judíos en general, creían que todo mal temporal era castigo de
Dios. En su respuesta rechaza el Señor este concepto. Véase 5, 14 y nota.
 5. Esto es: Él sigue, como en Mateo 11, 5, realizando esas maravillas para las cuales fue enviado
(Isaías 35, 5 y nota), hasta que la violencia se lo impida (Mateo 11, 12; Lucas 13, 32) y empiece para
“este mundo” la noche que perdurará “hasta que Él venga” (Gálatas 1, 4; II Pedro 1, 19; I Corintios
11, 26). Sobre la luz, cf. 1, 4 y 8s.; 3, 19; 8, 12; 12, 35 y 46.
 7. La piscina del Siloé se hallaba a 333 metros al sur del Templo. Hoy día se llama: Ain Sitti
Miriam (Fuente de Nuestra Señora María).
17. Es un profeta: El ciego quiere decir un enviado de Dios. Todavía no está seguro de que
sea el Mesías. Más tarde lo confiesa plenamente (v. 38).
 27. La ironía que se revela en la pregunta del ciego, excita extremadamente a los fariseos, que
son los verdaderos ciegos luchando contra la evidencia de los hechos.
 30 ss. “El que era ciego y ahora ve se indigna contra los ciegos” (San Agustín). Vemos aquí en
efecto que ese pecado de incredulidad de los fariseos (8, 24 y nota) es de ceguera voluntaria (v. 39
ss.) que deliberadamente niega la evidencia. Es el pecado contra la luz (v. 5; 3, 19) y en consecuencia
contra el Espíritu (Marcos 3, 28-30; Hechos 7, 51), el que no tiene perdón, porque no es obra de
la flaqueza sujeta a arrepentirse (Lucas 7, 47), sino de la soberbia reflexiva y de la hipocresía que
encubre el mal con la apariencia del bien para poder defenderlo. (Mateo 23, 1-39; II Timoteo 3,
5).
 34. Una vez más los fariseos recurren al insulto, a falta de argumentos (cf. 8, 48) y ponen en
práctica lo que tenían resuelto según el v. 22.
 37. Jesús se define de la misma manera en 4, 26. Él es, por excelencia, la “Palabra”: el Verbo,
el Logos.
 39. Es el juicio de 3, 19. Los soberbios serán heridos de ceguera espiritual (Santiago 4, 1; I
Pedro 5, 5), ceguera culpable que los hará perderse (v. 40 s.; II Tesalonicenses 2, 10 ss.).
 41. Nótese la estupenda dialéctica del Maestro. El rechazo que ellos hacen de la imputación
de ceguera, se vuelve en su contra, como un argumentum ad hominem, mostrando así que su culpa
es aún mayor de lo que Jesús les había dicho antes.

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